Share and Follow
SAVANNAH, Ga. () — No todos los días se recibe una noticia que te cambia la vida, una noticia que detiene el tiempo y te aprieta el corazón.
Era mi primer año como estudiante universitaria cuando mis padres decidieron visitarme un fin de semana. Los recuerdos que tengo de esa visita son borrosos, excepto por el momento en el que mis padres se sentaron en mi habitación y la frase, “tenemos noticias” salió de la boca de mi madre.
Por alguna razón, algo en mi intuía cuales serían las próximas palabras que escucharía: en un examen médico, mi madre había recibido la noticia que tenía cáncer de mamas. Mi primer pensamiento fue ponerme en la situación hipotética de qué haría yo si mi madre perdiera la batalla contra el cáncer. Sin darme cuenta, lagrimas comenzaron a deslizar por mis mejillas.
¿Qué haría si mi madre perdiese la batalla contra el cáncer?
Para el final del otoño, yo estaba de vuelta en Savannah, tomando clases en línea y cuidando de mi madre mientras mi padre trabaja en Carolina del Sur. Mi madre había comenzado su tratamiento de quimioterapia en St. Joseph’s/Candler y lentamente nos estábamos acostumbrando a nuestra nueva rutina: viajes al hospital, llamadas con las enfermeras y recoger medicamentos en el antiguo CVS de Augusta Road.
No fue hasta una noche de invierno que me di cuenta de que la salud de mi madre estaba empeorando. Mientras estudiaba en la cocina, escuché un golpe en el corredor de la casa. Cuando vi lo que había causado aquel sonido, sentí mi corazón caer—mi madre estaba en el suelo, desconcertada.
Ella estaba sufriendo de dolores intensos que la despertaban durante la noche, dolores que la inmovilizaban hasta el punto de no poder caminar. Esa noche me di cuenta de que era hora de llevarla a emergencias.
Mi madre fue hospitalizada por diez días en St. Joseph’s/Candler tras una grave infección estomacal que casi le quitó la vida. Los doctores explicaron que la quimioterapia puede hacerte vulnerable a enfermedades que, aunque sean menores para una persona saludable, su gravedad aumenta en pacientes con cáncer.
Durante esos días, mi trabajo como hija bilingüe fue traducir cada interacción con el personal médico. En aquel tiempo, mi madre y yo habíamos vivido en Estados Unidos por un año, y mi inglés era el equivalente a una niña de ocho años. Eso no había sido un problema hasta que recibí una llamada de la doctora diciendo que necesitaban permiso de mi madre para darle un “medicamento.”
Algo que muchos no saben es que, en las primeras etapas del aprendizaje de idiomas, los inmigrantes nos las arreglamos entendiendo la ‘idea principal’ de las conversaciones que tenemos. El “medicamento” que mi madre iba a recibir fue mi interpretación de aquella idea principal.
No fue hasta que llegué a la habitación de mi madre cuando una enfermera entró con una bolsa en sus manos de color carmín—era una transfusión sanguínea que mi madre necesitaba y que yo había interpretado erróneamente como un simple medicamento.
Tras ver la expresión de sorpresa en nuestros rostros, la enfermera rápidamente nos preguntó si habíamos cambiado de opinión. “Hay que hacerlo,” respondió mi madre.
Mi madre fue diagnosticada con cáncer de mamas triple negativo en etapa III durante una mamografía rutinaria en 2020, un año después de mudarnos a Estados Unidos. Muchas veces hemos pensado que ella tuvo cáncer en el momento adecuado porque pudo ser tratada en St. Joseph’s/Candler, sobreviviendo un cáncer de crecimiento rápido y agresivo.
La experiencia del cáncer de mi madre es un recordatorio constante sobre la importancia de los chequeos médicos anuales. Es por eso que iniciativas como Buddy Check 3 son cruciales para mantenernos al tanto de nuestra salud, pero ¿cómo funciona?
- Busca a un buddy, este puede ser una amiga, familiar o compañera de trabajo
- Marca tu calendario para el 3ro de cada mes.
- Llama a tu buddy y recuérdale que deben hacerse su auto examen de mamas.
Durante tu auto examen de mamas, recuerda buscar bultos, sangrado o secreción en el pezón, cambio de la forma o contorno en el seno, hoyuelos o arrugas en la piel y apariencia inflamada. Si encuentras un bulto u otra señal sospechosa, contacta a tu doctor lo antes possible.